Existe el testamento vital que es
un documento de carácter privado en el cual las personas que quieren dejan por escrito su voluntad de
no ser mantenidos en esta vegetativo, resumiendo, no desean alargar sus
sufrimientos en situaciones irreversibles.
El testamento vital es un
documento de carácter privado mediante el cual las personas que lo desean hacen
constar por escrito su voluntad de no ser mantenidos en estado vegetativo ni,
en general, de alargar sus sufrimientos en situaciones irreversibles.
En España, existe un testamento
vital que fue propuesto por la Asociación Derecho a Morir Dignamente que
permite a la persona adulta, que lo firmara bajo la presencia de testigos y deberá
expresar “su voluntad de no ser sometida, en el caso de una enfermedad
irreversible que cause graves sufrimientos, a tratamientos que prolonguen su
vida”. El firmante además designa, a la persona que nombra como
representante suyo, en el caso de que quede inconsciente. El testamento, en su
forma actual, no reclama ni la ayuda al suicidio ni la eutanasia activa. En
torno al ámbito legal, no existe ninguna regulación al respecto.
Se cuestiona la validez del
testamento vital debido a que sus actuaciones son minoritarias, y también en el
tiempo que trascurre desde la firma hasta dicho momento. En cualquier caso,
debe reconocerse el valor indicativo del testamento vital en cuanto a las
preferencias del paciente ya que es una declaración expresa de su voluntad.
Ejemplo de testamento vital
“El abajo firmante .......................... ejerciendo mis derechos civiles, declaro con
plena consciencia y libertad que si algún día me viese incapacitado para
expresar mi voluntad y los tratamientos posibles no fuesen capaces de
devolverme a una vida consciente y autónoma, pido encarecidamente:
1º- Que se abstengan de cualquier encarnizamiento
terapéutico para prolongar abusivamente mi vida.
2º- Que se utilicen todos los medios para calmar mis
dolores, incluso si los únicos que queden por utilizar y que sean eficaces
pueden acortar mis días.
3º- Que en última instancia se me conceda la eutanasia, es
decir, una muerte dulce, consciente de que con eso planteo un problema, sobre
todo a los médicos y al personal sanitario, pero convencido de que tendrán en
cuenta ante todo el respeto a la persona humana. Confío en que los médicos, el
personal sanitario que me cuide o cualquier otra persona respete estas mis
últimas voluntades y les doy las gracias por ello.”
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